HÉROES
Durante un raro acceso de lucidez, el héroe de la comarca asume que cada cual tiene una misión en esta vida: la suya es salvar al prójimo. El héroe sabe que su urgente deber es combatir a los malvados donde quiera que estén y sale a la calle dispuesto a todo. Mira a un lado y a otro. Avanza, retrocede. Pero no divisa a nadie en apuros. La calle resplandece de serenidad. Las avenidas respiran verdor y los pájaros dibujan en el cielo. Esto es intolerable, piensa el héroe.
Furioso, justiciero, el héroe consigue colarse en la prisión de la comarca, burlar la vigilancia y liberar a una docena de malhechores que, sin salir de su asombro, se dispersan velozmente y se ocultan en los rincones más oscuros. El héroe no cabe en sí de euforia. Regresa a casa. Se sienta a esperar. Medita. Incluso alcanza a escribir tres o cuatro aforismos morales. No pasa mucho tiempo hasta que unos desgarradores gritos de socorro llegan a sus oídos. Entonces se incorpora de un brinco e, indignado, el héroe aborda la calle.
ANDRÉS NEUMAN (Buenos Aires, 28 de enero de 1977). El texto pertenece a Alumbramiento, Editorial Páginas de Espuma.
LA MISIÓN DEL HÉROE
El héroe tenía una misión que cumplir. Armado y con el caballo a la puerta, iba a partir para salvar a su pueblo. La esposa le imploró que renunciara a la hazaña:
-Puede costarte la vida. Confórmate con la vida y el amor- le repetía llorosa, inclinada.
El héroe, para cumplir con su deber, sacó la espada y mató a la esposa, obstáculo, razón, debilidad.
Al volver a su hogar, después de la victoria, el héroe mandó encender fuego y quemó, hasta carbonizarla, su mano derecha.
TOMÁS BORRÁS (Madrid, 1891- 1976)
¿Qué es un héroe? ¿Un hombre extraordinario? ¿O un hombre de carne y huesos, que también tiene sentimientos, en fin, un ser humano cuya característica es que es un varon? Porque cuando la mujer es de gran valor, arrojo, tiene voluntad y ganas de hacer y hace, la llaman heroína. Entonces un héroe es aquel hombre que se distingue por sus cualidades extraordinarias, su empuje natural que lo lleva a convertirse en un ser sobresaliente en lo que hace, en solucionador de problemas. Este héroe de Alumbramiento, creado por Andrés Neuman, es el justiciero que se cuela en una cárcel y libera a doce presos, doce malhechores, que raudos se invisibilizan en las calles, mientras el héroe regresa a casa y se sienta a esperar. Cuando llegan a sus oídos los gritos de socorro, ya sabe lo que tiene que hacer.
Ahora, también me llama la atención La Misión del Héroe, que no vacila en sacar del medio a su amada porque es el obstáculo para realizar su misión. Al regresar a casa completamente victorioso, se quema la mano con la que mató a la esposa. ¿Remordimiento? ¿Arrugó, como decimos en Venezuela? El héroe de esta Misión puede sentir angustia, la culpa lo puede martirizar, o es suficiente la victoria para sentirse héroe? No ha debido quemarse la mano!
Me gustaLe gusta a 1 persona