El lector ideal

Ori Tanzi cabecera

El lector ideal

En el delicioso libro Vicios Solitarios (lecturas, relecturas y otras cuestiones éticas), Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948) nos presenta una lista de 5 páginas sobre el lector ideal. Ojo, Manguel no evalúa al lector, sino que trata de describir y mostrar el perfil del lector ideal.

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Como ejemplo, os presento la primera y la última característica:
–  El lector ideal es el escritor justo antes de que las palabras cobren forma en la página.
–  La literatura no depende de lectores ideales, sino sólo de lectores suficientemente buenos.

Os invito a disfrutar de la lectura de este libro y si tenéis tiempo os reto a hacer lo mismo, para divertirnos.

Esta es mi lista personal (no os asustéis, no tiene 5 páginas):
– El lector ideal es la persona que, cuando lee, no habla con el escritor sino con los personajes.
– El lector ideal huele los mismos olores que los personajes y respira el aire del momento en el cual están inmersos.
– El lector ideal no lee la historia. La vive.
– El lector ideal no se encuentra necesariamente en las librerías. Pero le gustaría conocerte en una librería.
– No preguntéis al lector ideal cómo se llama a no ser que no haya pasado por los menos media hora desde que dejó su libro. Podría contestar que se llama Madame Bovary, José Arcadio Buendía o Guglielmo da Baskerville.
– Al lector ideal no le importa si está rodeado por el silencio o si el ruido llena su espacio cuando tiene el libro en sus manos
–  El lector ideal no es el objetivo de las empresas editoriales. Ni un amigo.
– El lector ideal no divide la literatura en buena o mala.  Piensa que los libros son libros y la literatura es literatura. Primero lee y después, y solo después, habla.
– El lector ideal no es un coleccionista de libros.
– El lector ideal no es el amigo ideal del escritor.
– El lector ideal puede no leer a Fabio Volo. No, más bién, el lector ideal no lee a Fabio Volo.
– El lector ideal camina por Barcelona para ver con sus ojos y su corazón el Poblenou de Petra Delicado o las calles y callecitas de Pepe Carvalho y Biscuter.
– El lector ideal no es una persona ideal ni un consumidor ideal. Solo una persona. ¿No es bastante?

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