El microrrelato de los viernes: Juan José Arreola y las mujeres

 

Juan José Arreola defiende en su ficción el mito del andrógino que sostiene que tras una primitiva unidad se produjo la irreconciliable separación entre hombre y mujer. Luego de esta división, la mujer, pura carne y sensualidad, reviste una peligrosidad tremenda para el varón. En estos dos micros, ambos del “Confabulario personal” (1980), se expresas sus temores y deseos.

PALÍNDROMO

Adán, sé ave. Eva es nada.

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LA TRAMPA

Hay un pájaro que vuela en busca de su jaula, Franz Kafka.

Cada vez que una mujer se acerca turbada y definitiva, mi cuerpo se estremece de gozo y mi alma se magnifica de horror. Las veo abrirse y cerrarse. Rosas inermes o flores carniceras, en sus pétalos funcionan goznes de captura: párpados tiernos, suavemente aceitados de narcótico. (En torno a ellas, zumba el enjambre de jóvenes moscardones pedantes).

Y caigo en almas de papel insecticida, como en charcos de jarabe. (Experto en tales accidentes, despego una por una mis patas de libélula. Pero la última vez, quedé con el espinazo roto).

Y aquí voy volando solo.

Sibilas mentirosas, ellas quedan como arañas enredadas en su tela. Y yo sigo otra vez volando solo, fatalmente, en busca de nuevos oráculos.

¡Oh Maldita, acoge para siempre el grito de mi espíritu fugaz, en el pozo de tu carne silenciosa!

JUAN JOSÉ ARREOLA (Jalisco, 21.09.1918 – 3.12.2001)

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