PRINCIPIO DE LA INDETERMINACIÓN
Como la liebre paralizada frente a la inminen-
cia de los faros.
Frente a un mundo indemostrable, entre el vi-
sionario torbellino del temor y las umbrosas
ruinas de lo transcurrido; frente la exigencia de
tener que incrustar el tiempo en el frágil recinto
del acontecer.
