
NATURALEZA PERDIDA
Hay que acostumbrarse a perder poemas. Como se pierden hombres y recetas, llaves, calcetines y religiones. No necesitamos malos poemas:Leer más
NATURALEZA PERDIDA
Hay que acostumbrarse a perder poemas. Como se pierden hombres y recetas, llaves, calcetines y religiones. No necesitamos malos poemas:Leer más
CANTO UNDÉCIMO
No las olas inmensas. No los vastos dominios.
No los fuertes diluvios o la sombra
de extensísimos soles.
HAY QUIEN HABLA DE LA TERNURA
y luego no menciona el paraíso.
Tal vez se crea
que hay alguna otra posibilidad
de redención,
tal vez se crea que hay otra posibilidad
de estar sobre la tierra,
con las rocas, los árboles,
las nubes y el dolor como tus semejantes.
Pregúntale al polvo: ¿Hay también poesía detrás de las bragas más usadas? Espera. Pregunta mejor ¿Hay también poesía detrás de las bragas más usadas? Por supuesto. Sobre todo.Leer más
DESPEDIDA
Entre mi amor y yo han de levantarse trescientas noches como trescientas paredes y el mar será una magia entre nosotros. No habrá sino recuerdos. Oh tardes merecidas por la pena, noches esperanzadas de mirarte, campos de mi camino, firmamento que estoy viendo y perdiendo… Definitiva como un mármol entristecerá tu ausencia otras tardes.Leer más
GENTILDONNA
Ella pasó y no dejó pulso en las venas,
ella que ahora, en la espesura,
…………………unida al aire que cortaba,
agitando la hierba ya pisada, permanece:
hojas grises de olivo bajo un cielo cubierto.
LIQUEN DE LAS TAPIAS Xanthoria parietina
Tu marca amarillenta de sal sobre la roca se halla a millas de distancia tierra adentro, lápidas sepulcrales, chimeneas, cualquier límite del soplo del mar. Y aunque sabemos que tu sutil vínculo dura toda la vida, lo que anhelamos es tu tinte azul plomizo. Nuestros besos son fugaces, invisibles; si queremos guardar o llevar uno, debemos transmutarlo en moretón, un tatuaje coloreado, oculto debajo de la ropa, como esta rosa silvestre indeleble entintada en mi hombro, el pinzón del interior de mi muslo.Leer más
PRIMERAS SEMANAS
Esas primeras semanas, no sé si sabía cómo amar a nuestra hija. Su cara parecía abrumada, fruncida de preocupación -- y ni siquiera desesperanza, sino simplemente depresión, una expresión de resistencia. La piel de su cara estaba finamente arrugada, había mechones de pelo en sus orejas, se parecía un poco a una ardilla, suspicaz, en trance.Leer más