18/11/2015 11,30h
Sigue el ciclo de encuentros bajo el titulo «Palabras contemporáneas» organizado por el Instituto Cervantes de Milán en colaboración con el departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad Católica de Milán.
Berna González Harbour (Santander 1965) es periodista y escritora. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ha estado vinculada desde sus inicios a la cobertura de noticias de Internacional, ha sido corresponsal en Moscú, enviada especial en una veintena de países en conflicto y redactora jefa de esta sección. En 2012 con Verano en rojo se estrena como novelista en el género policiaco y crea el personaje de la comisaria María Ruiz quien protagonizará también la novela siguiente Margen de error (2014). Participa con
un relato en el volumen Charco negro. Relatos de las dos orillas (2013) una selección de relatos policiales firmados por veinte voces de Argentina y España. En marzo 2015 salió su última novela Los ciervos llegan sin avisar (2015). Es editora de “Babelia”, suplemento cultural de “El País”. También colabora con la Cadena Ser.
Participantes
Berna González Harbour , Escritora , Periodista
Dante Liano , Escritor , Hispanista
Arturo Lorenzo González, Instituto Cervantes – Milán
Lugar
Università Cattolica del Sacro Cuore – RECINTO – Aula Pio X
Largo Fra Agostino Gemelli, 1, 20123 Milán
Más información
- en la página del Instituto Cervantes de Milán
- en la página de la Università Cattolica del Sacro Cuore
Informazioni in italiano
Miércoles 18/11/2015 18h
Los ciervos llegan sin avisar
de Berna González Harbour
Club de lectura con autor
Biblioteca del Instituto Cervantes, via Dante, 12, primer piso
Los participantes en estos clubes leen la obra elegida y se reúnen periódicamente para analizarla y comentarla. En este caso con la presencia del autor y coordinado por Valeria Correa Fiz. Es necesario reservar para asistir a estos encuentros (bibmil@cervantes.es)
Hace 22 años ocurrió un extraño accidente en una carretera del norte de España. Carmen, experta en análisis financieros, vio todo aquello y guardó varios objetos personales (un paquete de tabaco y una fotografía) de la persona accidentada. Ahora, cuando todo se ha desmoronado a su alrededor, a la vez que el país camina cuesta abajo, decide acudir al lugar de los hechos para desentrañar qué sucedió y poner en orden su propia vida.
Así arranca Los ciervos llegan sin avisar, la nueva novela de Berna González-Harbour y
en la que mediante tintes policiacos la escritora traza una trama sobre la necesidad de
reinventarnos a nosotros mismos y cerrar heridas del pasado. Una historia basada en hechos reales- ya que la propia autora vivió un episodio similar en la realidad-, que está extraordinariamente bien hilada, que mantiene en vilo al lector ante las oscuridades del suspense y le introduce con maestra psicología en las angustias y los esfuerzos de aquellos que luchan por empezar de nuevo. Una novela que además es, para la propia González Harbour, una forma de regresar a un hecho biográfico de su pasado.
En esta ocasión, la escritora deja atrás a la comisaría María Ruiz, protagonista de sus dos novelas anteriores, Verano en rojo y Margen de error, y nos presenta a Carmen, una profesional que ve cómo en los últimos meses todo lo que tenía se ha desmoronado como una montaña de naipes. Mientras crisis acecha al país, su empresa, un banco de carácter social, cierra despidiendo a todos sus empleados. Después de una vida acomodada se encuentra sin trabajo y con múltiples dificultades para poder pagar la hipoteca de su piso.
A ello se suma el reciente divorcio con su marido y las complicaciones para no causar ningún daño al hijo que tienen en común. En esta tesitura comienza a recordar cómo hace más de dos décadas presenció el accidente de un camión en una carretera sin problemas de asfaltado ni visibilidad. El conductor resultó muy mal herido, pero ella decidió no decirle nada a la Guardia Civil en aquel momento. Tampoco habló nada con la otra persona que vio el accidente, una mujer mayor que exclamó expresiones bastante confusas acerca de la identidad del accidentado.
Para intentar olvidarse de todo lo que le abruma, Carmen emprende la huida hacia adelante. Acude a aquel lugar, muy cercano a la casa de su infancia, y se instala en un hostal en el que los dueños enseguida comienzan a sospechar de los motivos que la han traído allí. Ella empieza a investigar a través de varias vías, como la hemeroteca del periódico local, y poco a poco va confiando sus descubrimientos al dueño de la gasolinera del pueblo, Daniel, quien anima a Carmen a seguir con la investigación y con el que enseguida entablará una fuerte amistad.
Los recortes de periódico, la visita al pueblo, en el que todos parecen guardar algún secreto, y las explicaciones de Daniel, poco a poco, le irán aclarando qué es lo que sucedió. Pronto descubre que antes de aquel accidente hubo otro en el mismo sitio en el que murió un chico joven. Carmen tendrá que enfrentarse a los rumores y cuchicheos de un pueblo que prefiere guardar sus fantasmas bajo la alfombra y que no está dispuesto a que nadie levante la polvareda.
Mientras lleva a cabo su investigación, reaparece en su vida Miguel, su antiguo jefe, y amante, que intenta retomar la relación y convencerla para que acepte un trabajo en un banco de activos basura. Su exmarido tampoco desaparece del todo, ya que la chantajea con el cariño de su hijo.
Crítica social, novela negra, suspense y toques de existencialismo en una historia completa que sumerge al lector en el dolor y las heridas que tardan en cicatrizar. En cómo nos negamos a enfrentarnos a nuestros propios problemas y miedos, y cómo el daño individual también puede estar relacionado con el daño social. Una persona enferma es el reflejo de una sociedad que también es víctima de atrocidades. Y todo ello plagado de reflexiones intimistas acerca de uno mismo, la familia y el amor, de diálogos frescos y de las características del género negro en el que la autora ya se ha consagrado como una de las voces más respetadas
Berna González Harbour Es periodista y en la actualidad es la editora de Babelia, la revista cultural del periódico El País. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ha estado vinculada desde sus inicios a la cobertura de noticias de Internacional. Ha sido corresponsal en Moscú, enviada especial en una veintena de países en conflicto y redactora jefa de esta sección. La información sobre el mundo, la política, los cambios sociales y el impulso de las mujeres son algunos de los temas que más le apasionan. También está muy implicada en los cambios que vive el periodismo con la revolución digital.
Amante de los libros y la novela negra, en 2012 se estrenó en el género con Verano rojo, donde presentó a su comisario María Ruiz, y con el que obtuvo un buen reconocimiento por parte de la crítica y los lectores. Después de Margen de error, la segunda novela de esta saga en la que mantiene el pulso del suspense, regresa con Los ciervos llegan sin avisar en la que nos presenta a Carmen, una analista financiera que ve cómo su mundo se ha desmoronado en un país en plena crisis, que intenta cicatrizar su herida con la investigación de un extraño accidente sucedido hace más de dos décadas. ( © de la fotografía de Rai Robledo)
ENTREVISTA CON BERNA GONZALEZ HARBOUR
“Yo presencié ese accidente en 1992. Yo estuve allí. Yo traté a ese hombre. Y nunca pude saber quién era ni a quién dejó atrás”
-En Los ciervos llegan sin avisar nos presentas a Carmen, una mujer que lo pierde todo e intenta salir adelante. Como la comisaria María Ruiz, es una mujer fuerte, con miedos, pero valiente. ¿Cómo apareció este personaje y quién es para ti?
-Carmen no es exactamente valiente. Es una simple directiva de un banco bastante perdida, como estamos todos, desarmada tras derrumbarse la vida social y el reconocimiento que su carrera y su eficiencia le habían procurado. Busca una grieta a la que agarrarse en la escalada. Y con las únicas armas de su curiosidad, de su necesidad de cerrar un asunto del pasado que quedó abierto, emprende una búsqueda. Ella no es una investigadora, solo pretende acercarse a la familia de la víctima del accidente para intentar transmitirles su testimonio. Pero por el camino descubrirá que todo es siempre mucho más complicado. La comisaria Ruiz sí es valiente, es policía. Pero Carmen es una persona normal. Perdida, desorientada, víctima también de sus incoherencias, una mujer que busca recomenzar. Y para ello decide desandar. ¿Que cómo apareció? Necesitaba un personaje más cercano a mí para afrontar a través de una novela una búsqueda que yo personalmente necesitaba hacer. Yo presencié ese accidente en 1992. Yo estuve allí. Yo traté a ese hombre. Y nunca pude saber quién era ni a quién dejó atrás. Eso me ha acompañado siempre y escribir esta novela ha sido mi forma de regresar.
-La acción se desarrolla en un lugar cerrado, un pueblo del norte de España: ¿Pervive la llamada ‘España profunda’?
-La España profunda es la única que pervive bajo el manto de la España superficial. Tras el sueño de riqueza ha llegado un despertar amargo: no somos tan guapos, tan ricos, tan listos, ni tan seguros como creíamos. Todas las certezas se han esfumado. Y la realidad sin maquillaje que se despierta del sueño es la de la España profunda, en el norte o en el sur, en el campo o la ciudad. Por eso mi novela ocurre en un lugar sin nombre.
-A la crisis de la protagonista se suma la del propio país. ¿Fue esta crisis social y moral la que impulsó la novela? ¿No se puede separar el dolor individual del dolor social?
-No sé hacer nada diferente a contar la realidad. Las heridas personales que sangran en las personas o en la sociedad me obsesionan, sí, y son la materia prima de Los ciervos llegan sin avisar. También la búsqueda de una esperanza. La esperanza está ahí, en recuperar la coherencia perdida, en la verdad, en hacerse mejor persona y acorralar a la locura y a la agresividad.
-¿Podríamos definir esta novela como una novela negra y social?
-Es más novela de personajes que de acción. Es más íntima, más sencilla que mi serie de la comisaria Ruiz en cuanto a trama, pero mantiene un hilo de suspense que la permite catalogarse como novela negra. Es negra y es social. Creo que es una novela especial.
-También hay personajes que sufren una extraña forma de locura. ¿La crisis también está creando ‘enfermos mentales’?
-Algunos lo llaman locura. A la señora menuda, un personaje clave de la novela, un personaje sin nombre, la llaman “la loca”. Está alienada incluso por su falta de nombre. Pero no es tal. Es la deriva comprensible de la gente ante el maltrato, la falta de expectativas y una vida limitada a cuatro paredes al final de una recta de un pueblo que encierra sus fantasmas. También podría haber sido en una ciudad. Como se dice Carmen en un momento, hay situaciones en las que la cordura es solo otro privilegio más.
-En esta novela también hay amor y mucho desamor filial y en la propia familia. ¿Es el amor lo que nos salva?
-Más que el amor nos salva la coherencia y el calor humano que ésta puede generar, y a ese calor humano podemos llamarlo amor, sí. Quería transmitir que, igual que la muerte, el accidente que presenció o los ciervos en la carretera, el amor también puede llegar sin avisar.
-‘Los ciervos llegan sin avisar’ no es una novela negra, pero sí tiene parte de sus características. ¿Imposible abandonar este género que has transitado en Verano en rojo y Margen de error?
-En esta novela me he alejado de lo policiaco hacia una vertiente de novela negra más íntima y social, tal vez gris. ¿Abandonarlo? No sé aún si quiero. No sé aún si podré.
-¿Volverás con la comisaria María Ruiz?
-Comisaria Ruiz: Sí. La comisaria Ruiz y yo tenemos unas cuantas cosas que resolver.
Sigue a la autora en twitter: @bernagharbour
Para más información: Itziar de Francisco Cobo,
Jefa de Prensa RBA Madrid
López de Hoyos, 141, 6ª planta | 28002 | Madrid
91 744 49 45 | 699 44 53 75 Itziar-francisco@rba.es
Pueden consultar su obra en la Biblioteca del Instituto Cervantes de Milán.
Pueden comprar un ejemplar del libro Los ciervos llegan sin avisar en la librería Il libro (Via Ozanam, 11, MM1 Lima, 022049022)
Consulte la página del Instituto Cervantes si desea más información
Informazioni in italiano
PLAZAS LIMITADAS, RESERVA OBLIGATORIA EN bibmil@cervantes.es o 0272023450 ext. 2