El microrrelato de los viernes: Dos micros con trenes

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DIRECCIÓN DE LOS TRENES

Allá quedan tus padres, varados en el andén. Te despides agitando la mano, pero ya no aguantas más, de modo que gritas que les quieres, más alto, cada vez más alto, mientras ellos se van haciendo pequeños, cada vez más pequeños, a medida que el tren acelera cruelmente y se aleja de la estación. Después, no sabes cómo, el tren vuelve a detenerse y te deja varado en otro andén. Oyes entonces, por alguna parte, nuevas voces, y dentro de ellas asoman risas y palabras. Tus hijos aparecen, agitando la mano, hasta que ya no aguantan más y gritan, desde la ventanilla del tren, que te quieren, más alto, cada vez más alto, mientras se van haciendo pequeños, cada vez más pequeños, a medida que el tren acelera cruelmente y se aleja, también, de esta estación.

PEDRO UGARTE (Bilbao, 1963). El micro es inédito y fue publicado por la revista Quimera en su número 396 del mes de noviembre de 2016.

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EL ÚLTIMO TREN

Mientras espero que llegue, sentado en un banco del andén, enciendo otro cigarro, el cuarto ya desde que estoy aquí. Inquieto, saco otra vez el reloj de bolsillo, evitando mirar la fotografía pegada en el reverso de la tapa. Apenas faltan un par de minutos para la hora prevista. Me ha costado decidirme, pero al final -tras darle vueltas y más vueltas al asunto- he tomado la decisión. Será lo mejor para todos: voy a emprender ese largo viaje. No llevo maletas porque supongo que no necesitaré nada de equipaje, aunque quién sabe. Con la vista clavada en las traviesas de madera y la mente en blanco, para no arrepentirme, voy dando caladas largas y profundas al cigarrillo. Estoy solo en la estación, así que todo será más fácil. Se escucha un silbido, débil, a lo lejos. Debe estar al caer, aunque con esta oscuridad no logro distinguir la locomotora. Me levanto, me acerco a las vías y espero. El tren se acerca chirriando y cuando está justo delante de mí, lanzo la colilla entre los raíles. Se abre la puerta y subo al vagón. Lo siento, pero no voy a tirarme a las vías sólo porque hayas estado sospechando ese final.

VÍCTOR LORENZO CINCA (Balaguer, 1980)

Victor Lorenzo grande