Cuentos de los años felices: historias imborrables en las que lo personal y lo colectivo se iluminan mutuamente. Las tres partes del libro permiten encontrar las claves familiares que impiden al olvido jugar a la escondida. Los cuentos que recuperan la memoria del padre, los que narran las historias que los manuales escolares siguen negando, los que mezclan la ficción y el recuerdo en ese último refugio de la épica, el fútbol. En la primera parte, »En nombre del padre», la presencia del progenitor »contreras», empleado público y enemigo acérrimo de Perón, entusiasta diseñador de planos y destructor de motores, se conjuga con el peronismo de juguete de la infancia y sus camisetas de fútbol regaladas, con la primera novia y el primer gol. »Otra historia» cuenta aquello que debimos aprender al margen de la enseñanza oficial: los riesgos que corrieron esos otros padres – San Martín, Belgrano, Moreno, Saavedra para convertirse tal como eran – débiles, terrenales, endeudados – en héroes de la patria.
Pensar con los pies», finalmente, habla del fútbol que se juega y del que soñamos despiertos, de la fantasía de una contienda deportiva en una Patagonia poblada de personajes reales e imaginarios. Los acontecimientos y los mitos que nos pertenecen, corresponden también a este estilo memorioso y sonriente, conciso y conmovedor en su exactitud y laconismo. La sabiduría, el humor y la nostalgia de Osvaldo Soriano consiguen devolvernos un ayer impregnado de presente para que la felicidad no tenga que asociarse con la amnesia.
La novela relata la luchas interna de Colonia Vela (pueblo ficticio creado por Soriano) entre peronistas de izquierda y peronistas de derecha. A grandes trazos, es una reflexión del peronismo de aquellos turbulentos años. Todo comienza cuando Ignacio Fuentes, delegado municipal, es acusado de traidor al movimiento peronista. Aunque intenta demostrar su inocencia, pocos le creen. Poco después, toma la comisaria y desde ahí se desarrolla un conflicto típico de Soriano, narrado con agilidad y hasta con ciertas escenas cómicas, por ejemplo cuando el intendente de Tandil, del cual dependia Colonia Vela, le pide a Ignacio que se entregue, y éste, mediante una nota, contesta simple y concreto: «Váyase a la reputa que lo parió. Perón o muerte.» Finalmente, la policía logra tomar preso a Ignacio, quien muere tras ser brutalmente golpeado. El resto de sus compañeros también es acribillado. Entre tanto, un grupo integrante de la Juventud Peronista (aliados de Ignacio) captura al comisario. Ante lo incontenible de la situación, el intendente pide ayuda al ejército. Sólo dos de los aliados de Ignacio escapan en avión, casi metafóricamente (ellos escapan porque llegan los militares, lo que representa a la dictadura). El título proviene de un famoso tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, Mi Buenos Aires querido («Mi Buenos Aires querido/cuando yo te vuelva a ver/no habrá más penas ni olvido»).
Osvaldo Soriano, escritor argentino nacido en Mar del Plata. Su primera novela Triste, solitario y final (1973) fue traducida a doce idiomas. Tras el golpe de Estado de 1976, se trasladó a Bélgica y más tarde a París hasta 1984. Entre sus obras podemos destacar No habra mas penas ni olvido (1983), Cuarteles de invierno (1983), Artistas, locos y criminales (1984), Rebeldes, soñadores y fugitivos (1988,) A sus plantas rendido un león (1988), Una sombra ya pronto serás (1990), El ojo de la patria (1992), Cuentos de los años felices (1993), historias cortas, la mayoría de las cuales aparecieron en el periódico Página/12, del cual era asiduo colaborador; y La hora sin sombra (1995). El director Héctor Oliveira ha llevado al cine algunas de sus obras. Sus novelas han sido publicadas en veinte paises y traducidas a más 15 idiomas. Murió el 29 de enero de 1997 en la Ciudad de Buenos Aires
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