Escribimos
Para recordar
Lo que hemos perdido
Cada palabra
Es póstuma
Anise Koltz
¿Argentina se colapsa bajo el peso de la economía y se ahoga en la densidad de los gases lacrimógenos. Sin embargo, Vera no se abraza al patriotismo para salvarse del naufragio, todo lo contrario, detesta este país que ha dejado sin libros a su patria imaginada: las librerías. Y decide huir con una brújula que no funciona junto a su perro Kantiano, el único ser vivo que no la ha abandonado en esta parte del mundo. En Barcelona conoce a Eliseo:
“Entonces Eliseo le da su versión de la historia del país. Y, tal vez por la convicción con la que habla, o porque Vera puede soportar cualquier cosa dicha por alguien que argumenta con corrección, la referencia a la patria, el compromiso por la cultura propia y las tradiciones no le molestan, ni le dan ganas de vomitar, sino que siente algo que nunca había sentido hasta ahora: envidia por alguien que puede querer con tanta convicción un trozo de tierra”.
Una novela autobiográfica que busca entrelazar dos países (Argentina y España), dos culturas, dos modos de leer la vida y la literatura y que revela algunas elecciones cuando se pierden todas las batallas y arden todos los puentes: “Elegir la literatura ya que no puedo elegir la realidad”.