OLVIDO GARCÍA VALDÉS (Santianes de Pravia, Asturias, 2.12 1950)
Las flores de algunos árboles.
Las flores de algunos árboles
recién brotadas
son como caracoles
verdes, árboles invadidos
de infinitos gusanos,
levedad de materia.
Me da miedo la luz,
lo quieto de la luz,
el hueso de tu sien
contra la mía.
De “Ella, los pájaros” 1994
Hundir los dedos entre sus cabellos
Hundir los dedos entre sus cabellos
o pájaros jugando,
muy despacio,
a caerse de un cable
de la luz,
muy despacio, abanico
de mirlos.
Cerca hay una charca y un árbol
en el centro.
Reverbera la fiebre,
el amarillo hiere sobre el agua.
De «Exposición» 1979
La voz, la de esta niña
la voz, la de esta niña
que canta sola ahí,
la del muchacho
que por la noche da gritos y repite
obsesivo hijo de puta, las voces
de los niños que juegan;
intransitiva voz, exenta
en el mundo, cuerpos autómatas
que a diario veo y que no veo, chillidos
veloces de vencejos
en el anochecer
De «Caza nocturna» 1997