En uno de los mayores grupos de comunicación español, Atresmedia, cuando se produce un acto de violencia de género y se informa de ello en los telediarios, suele intercalarse un vídeo de pocos segundos de duración perteneciente a una campaña promovida por la Fundación Mutua Madrileña y el grupo de comunicación citado. El título de esta campaña, si atendemos al logotipo, es “Contra el maltrato. Tolerancia cero”, con estos dos sintagmas escritos por separado y, por tanto, autónomos el uno del otro, como debe ser, pues se quiere decir que se está contra el maltrato y, en consecuencia, se tiene tolerancia cero frente a esos comportamientos. Hasta aquí no hay nada que objetar.
El problema viene cuando los periodistas pronuncian el lema de la campaña, porque lo leen como si fuera una única frase, sin hacer la debida pausa entre los dos elementos. De ese modo, lo que se oye es lo siguiente: “contra el maltrato tolerancia cero”. O, como mucho, con una leve pausa que podemos transcribir con una coma: “contra el maltrato, tolerancia cero” . Pero en ambos casos, si interpretamos literalmente lo que pronuncian, están diciendo que tienen tolerancia cero contra el maltrato, es decir, que no toleran estar contra el maltrato. Que lo aceptan. Justo lo contrario de lo que realmente quieren decir. Pero ni se dan cuenta. Y esta campaña está activa desde 2016. Casi diez años erre que erre pronunciando mal la frase. Ya que son incapaces de entender que tienen que hacer una pausa larga y decir “Contra el maltrato. Tolerancia cero”, sería mejor sustituir ese lema por algo como “Frente al maltrato tolerancia cero” o “Ante el maltrato tolerancia cero”, y ya está.
También llama la atención que en la propia página web de la fundación citada se refieran al lema como “Contra el maltrato, tolerancia cero”, añadiendo esa coma que, de todos modos, no resuelve nada, porque sigue significando que no se tolera estar contra el maltrato. Parece mentira que en casi una década nadie se haya dado cuenta del error. Eso nos da una pista de la modorra mental imperante en cuestiones de lengua, que lleva a repetir cansinamente una expresión que significa justo lo contrario de lo que se quiere expresar.
Por cierto, una campaña similar del Ministerio de Sanidad lleva por título, justamente, “Ante el maltratador, tolerancia cero”. Parece que aquí el encargado de redactar la frase tenía un mínimo de capacidad, por suerte. Siempre hay excepciones.

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