ÁNGEL OLGOSO (Granada, 26.02.1961) EL ESPEJO El barbero tijereteaba sin descanso. El barbero afilaba una y otra vez la navaja en el asentador. Clientes de toda laya acudían al local, abarrotándolo. El barbero manejaba las tijeras, el peine y la navaja con velocísimos movimientos tentaculares. Ser barbero precisa de unas cualidades extremas, formidables, exige la…
Leer másAll articles filed in ÁNGEL OLGOSO
El microrrelato de los viernes: Un cuento breve de Los demonios del lugar

LA AURORA DE ZÜRN
Se me permite en ocasiones especiales salir del lugar donde me oculto. Desde que comenzó la metamorfosis vivo entre las sombras del bosque de miraguanos. Por decoro. Indudablemente, estas excrecencias anómalas de mis flancos me inquietan cada vez más.
Leer más
El microrrelato de los viernes: Dos micros de la máquina de languidecer

DIADEMA EN TU CABELLO
Hay quien afirma que tu única vestidura es tu pelo, tu cabellera cuidadosamente cepillada y peinada y ungida con perfume, tu largo pelo negro que refulge y se ciñe como un manto real al blanco de tus huesos.
Leer másEl microrrelato de los viernes: Dos micros de la máquina de languidecer

DIADEMA EN TU CABELLO
Hay quien afirma que tu única vestidura es tu pelo, tu cabellera cuidadosamente cepillada y peinada y ungida con perfume, tu largo pelo negro que refulge y se ciñe como un manto real al blanco de tus huesos.
Leer másEl microrrelato de los viernes: Dos micros de la máquina de languidecer

DIADEMA EN TU CABELLO
Hay quien afirma que tu única vestidura es tu pelo, tu cabellera cuidadosamente cepillada y peinada y ungida con perfume, tu largo pelo negro que refulge y se ciñe como un manto real al blanco de tus huesos.
Leer másEl microrrelato de los viernes: Dos micros de Ángel Olgoso
EL ESPEJO El barbero tijereteaba sin descanso. El barbero afilaba una y otra vez la navaja en el asentador. Clientes de toda laya acudían al local, abarrotándolo. El barbero manejaba las tijeras, el peine y la navaja con velocísimos movimientos tentaculares. Ser barbero precisa de unas cualidades extremas, formidables, exige la briosa celeridad del…
Leer más