Crímenes ejemplares
-Le comería los hígados- dijo Vicente.
No pudo: amargaban.
Se enteró por casualidad:
-No se lo digas a nadie.
-¡No me conoces!
Le faltó tiempo para irse de la lengua. Se la arranqué. Era larguísima, no acababa nunca de salir.
¿Usted no ha matado nunca a nadie por aburrimiento, por no saber qué hacer? Es divertido.
¿Ustedes no han tenido nunca ganas de asesinar a un vendedor de lotería, cuando se ponen pesados, pegajosos, suplicantes? Yo lo hice en nombre de todos.
MAX AUB (París, 2.06.1903 – Ciudad de México, 22.07.1972)
Apenas alzado el vuelo, la mosca sintiò silbar el viento en su trasero .- ” ¡¡me salvè !! gritò, mientras una mano golpeò sobre la mesa.
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