Año: 2014
País: Italia, Argentina, Eslovenia – 75 min.
Director: Ivan Gergolet Nació en Italia en 1977 y estudió cine en la Universidad de Bolonia. Entre sus trabajos como director, se encuentran los mediometrajes documentales Akropolis (2005) y Making Archeo Film(2011), y los cortometrajes When Fires Burn Out (2005), Medea’sCollection (2008), Dust (2009) y Ouverture (2010).
Sinopsis:
La legendaria María Fux lleva, se sabe, una vida entera bailando y enseñando a bailar. Aunque esta es una forma muy limitada de entender aquello a lo que se ha consagrado por completo, que no es la mera transmisión de una técnica y el entrenamiento, sino también, y en esencia, al acto de despertar la inspiración en otros, de ayudar –a quienes se acercan a su estudio en el centro porteño– a encontrar una energía interior. Desde hace años, además, María lleva adelante un método propio al que ha bautizado danzaterapia, que se basa en la búsqueda del “ritmo interior” de quien se entrega a la danza, de su simbiosis con la música; y que expande la ancestral batalla del ser humano contra las limitaciones del cuerpo, al integrar en sus grupos a estudiantes con todo tipo de discapacidades físicas. Al mismo tiempo que testimonia la fuerza vital, el optimismo inquebrantable y la increíble juventud de esta mujer de 92 años, el documental de Gergolet registra los espacios y los tiempos en que se produce esta suerte de milagro liberador, buceando entre sus componentes materiales y esa gracia que parece provenir de afuera de este mundo.
COMENTARIO:
María Fux (Buenos Aires, 2 de enero de 1922) es una bailarina, coreógrafa y danza-terapeuta argentina. Su estudio en Buenos Aires es frecuentado por bailarines profesionales, pero sobre todo por mujeres y hombres con limitaciones motrices y mentales. Junto a los artistas bailan experimentando nuevos modos de percibir la música. La película es muy repetitiva y está construida esencialmente por grabaciones de las clases, a parte algunas imágenes fantásticas de Buenos Aires, las de la avenida Callao por ejemplo, y un final espectacular. La música original de Giulano Taviani con otras obras muy bien elegidas, contribuyó también a recrear en la sala la magia de estas terapias. Como el público de Venecia, al final de la proyección en Milán aclamamos la película y a Maria Fux con largos aplausos .