Como mamá temía a los relámpagos
Debajo de la cama escuché el trueno
Trescientos miligramos de éxtasis
Uno a uno en el hueco de las manos
Medité en Dolores Ibárruri porque
El pensamiento llueve y escampará
Entrar en el estado llano exige luz
La mucha y la poca son sinónimas
Obscurecen el cielo de nubarrones
No es posible dormir con ese ruido
La palabra política parece funesta
Y los seres ruines le dan el pésame
Debajo de la cama del relámpago
Hubo el propósito de contemplarlo
Elástica prosopografía aristotélica
Solo y ninguno tú desencadenado
La altísima estrella que me quiso
En el ágora hereje y alrededores