“LA SAGRA DEL CARROCCIO” o “PALIO DI LEGNANO”
Si hay un acontecimiento histórico que identifica Legnano en toda Italia, es la victoria de la Lega Lombarda contra el Emperador Federico I de Svevia, más conocido como Federico Barbarossa.
Por eso, el turista que se encuentre en Lombardia durante el mes de Mayo no puede dejar de pasar un domingo por esa ciudad, donde cada semana tendrá la oportunidad de asistir a uno de los actos que constituyen la muy conocida Sagra del Carroccio, llamada también Palio di Legnano, que se celebra cada año para conmemorar la batalla.
El combate ocurrió justo en los alrededores de Legnano el 29 de Mayo del año 1176, y decretó la superioridad de los municipios de Lombardia sobre las pretensiones del emperador que quería someterlos, quitándoles los derechos que habían adquirido a lo largo de decenas de años.
Los apasionados de historia que estén interesados en los detalles sobre los acontecimientos de aquel día, tendrán toda la posibilidad de informarse durante los varios actos.
Para la mayoría de los turistas, familias y niños, no faltarán las oportunidades de disfrutar de esa inolvidable experiencia: un viaje a través del tiempo que les permitirá transcurrir una entera jornada en plena Edad Media, entre damas y señores a caballo, artesanos y campesinos, guerreros listos para batallar, chicos y niños, todos infundados en trajes realizados según el estilo de la época, después de un riguroso estudio histórico.
La celebración principal se desarrolla en el último fin de semana de mayo, el más cerca de la fecha del 29 de mayo, día del combate. Para entender mejor el espíritu batallador, además de cultural y de diversión, de las celebraciones, tendremos que conocer algo sobre los ocho barrios (le contrade) de Legnano:
Cada contrada tiene su propia sede, que se llama Maniero, su capitán y su castellana, o sea la señora del castillo, pero sobre todo su caballo de carrera y su jinete profesional, que tendrán que ganar el “palio”. La contrada que logrará el premio, obtendrá el gran honor de alojar en su iglesia principal la Cruz de Ariberto de Intimiano, la que, según narra la leyenda, estaba en el Carroccio durante la afamada batalla.
El último viernes de mayo, por la tarde, merece la pena asistir en el estadio comunal a la Provaccia, o sea una carrera de caballos a la que acude todo el mundo, porque todos los parroquianos son muy fanáticos de su barrio, pero solo sirve como prueba y no tiene ningún valor para la asignación del premio. Es más: la tradición popular dice que la contrada que gana esta prueba nunca gana el verdadero Palio, el del domingo.
El sábado por la tarde, en cada Maniero se celebran las cenas propiciatorias de cada contrada: los parroquianos cenan juntos, normalmente se visten con los colores de su propio barrio y ensayan canciones para incitar a su jinete y burlarse de los demás, para cantarlas durante la carrera del día siguiente.
Lamentablemente, hay que ser parroquianos para poder asistir a esa cena, pero los turistas no podemos perdernos las celebraciones del domingo:
Por la mañana, en la plaza principal de la ciudad se celebra la misa y, durante la función religiosa se presentan al obispo los caballos que van a disputar la carrera por la tarde, para que él les dé su bendición. Al final se dejan libres tres palomas blancas y se observa su rumbo, porque la tradición dice que las aves se dirigen hacia la contrada que va a ganar el Palio.
El desfile histórico es el acontecimiento más renombrado de toda la Sagra. El cortejo empieza a las tres de la tarde, pero se aconseja llegar muy pronto para poder aparcar el coche y encontrar un buen sitio para gozar del deslumbrante espectáculo. De todos modos, el desfile sigue un recorrido bastante largo por las calles de la ciudad y todos podremos disfrutar de la magia de la atmósfera medieval que se crea.
Los personajes que desfilan a pie y a caballo son más de 1200 y representan todas las clases sociales de la época. El cortejo sigue un orden muy riguroso, según el número de victorias de las que cada contrada puede presumir. La última es la que ganó el Palio el año precedente. Y no podemos olvidarnos del protagonista de la batalla, el Carroccio o sea un carro donde un cura celebraba la misa durante la batalla, para invocar la ayuda de Dios e incitar a los guerreros. De ese carro precisamente procede el nombre de la celebración.
Como siempre, es el final el que nos reserva las emociones más fuertes: la corrida de La Compañía de la Muerte, que según narra la leyenda, llegó justo al final de la batalla para ayudar a los guerreros de la Lega Lombarda.
No nos vamos a arrepentir de los pocos euros gastados si decidimos gozar hasta el final de este glorioso día e ir al estadio comunal para asistir a la carrera de caballos. Lo más espectacular es el público, formado por los aficionados de las ocho contrade que expresan todo su entusiasmo con cantos y gritos, banderas y ropa del color de su barrio. Los caballos se desafían de cuatro en cuatro, luego hay una carrera final que va a decretar el ganador. Y, si todavía no estamos cansados, podremos acudir al Maniero de la contrada ganadora, donde la fiesta durará hasta las tantas.
Entonces, ¿qué estáis esperando para disfrutar de esta experiencia espectacular?
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