EL HAREM DE UN TÍMIDO
Como temía decirles que no, opté por conservar a todas las mujeres que he amado.
EL CRIMEN PERFECTO
El crimen perfecto –dijo a la concurrencia el escritor de novelas policíacas- es aquel donde no hay a quien perseguir, donde el culpable queda sin castigo; es, desde luego, el suicidio.
LA PIEDRA FILOSOFAL
El alquimista John Dee llamó a sus generosos patrocinadores. Había tenido éxito: ¡al fin, la piedra filosofal! Nobles, clérigos y mercaderes, que creyeron en su talento y en su ciencia, serían largamente recompensados.
En el laboratorio oculto a los profanos, en el sótano de un antiguo castillo, rodeado de retortas con ácido tartárico de potasa, de rocío de mayo, de disolvente filosófico, vitriolo y de otras sustancias maravillosas, John Dee, el gran Adepto, tomó la piedra filosofal y con ella transformó un lingote de oro puro en plomo de la mejor calidad ante el asombro de la multitud.
RENÉ AVILÉS FABILA (Ciudad de México, 15.11.1940)