LA MARIONETA
La enterró y no salió de su estudio hasta no conseguir
una marioneta que fuera una réplica exacta de ella. Tiene
más de treinta hilos que maneja con un mecanismo de
hierros que ha inventado para poder darle vida. La hace
hablar, bailar Y caminar por el suelo. Sus ojos son exacta-
mente iguales que los de ella. Mueve los hilos para abrirlos
y hace que le mire fijamente durante toda la tarde. Mamá
y el llevaban juntos desde los quince años.
EL TECLADO
Cuando todo está oscuro, el teclado ensaya las his-
torias que terminará escribiendo ese hombre que ahora
duerme en una habitación al fondo de la casa. Las teclas
se mueven lentamente confundiéndose con el ruido de la
nevera o con los ecos lejanos del poco tráfico que a esas
horas circula por las calles. A veces ese hombre se despier-
ta sobresaltado en la madrugada; pero en ese momento el
teclado se detiene por si él se levanta a escribir su último
sueño.
SANTIAGO GIL Los micros seleccionados pertenecen al libro “La puerta de la jaula”, Editorial Siete Islas, 2018.
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