
Julio Llamazares, nacido en Vegamián, León, es un autor que de poeta deviene en claro prosista, no exento su estilo, sin embargo, de un cierto barniz poético, como resina o herrumbre sedicente de la esquinada aspiración de antaño.
Otro de los ejes de su obra, si no formal, sí de contenido, es lo que podríamos llamar la retrospectiva nostalgia histórica de la Guerra Civil. Razón por la que no resulta extraño encontrar, igualmente en sus narraciones breves, relatos de desolación y perdedores, confinados en la trastienda de la historia, cuando no en el sótano del olvido.
Buena fe de ello dan sus novelas Luna de lobos, La lluvia amarilla y El cielo de Madrid, así como algunos de sus cuentos más significativos.

Retratos es un libro de poemas que, a modo de pictóricos lienzos, eternizan el momento pasajero. En él se disecciona, metafóricamente, una sucesión de instantes congelados por siempre sobre el tiempo. Pequeños retazos en remembranza de fugaces sombras preteridas

Un gran despliegue de relatos poliédricos que sorprenderá gratamente
a los lectores. Un ejercicio de talento literario e imaginación sin límite
alguno. Una vez que comience por el primero no podrá parar.
