Veinteañero aún, Miguel Mihura comenzó a colaborar como historietista en diferentes revistas (Macaco, Buen humor, Muchas gracias…). En la década de los veinte ejerció, también, de periodista. Fueron años de bohemia y tertulias de café, en los que conoció a Tono, Edgar Neville y a Jardiel Poncela —cuyo estilo influyó especialmente en él—, entre otros.
Comenzó a escribir comedias antes de la guerra, aunque, en general, estrenó a partir de los años cincuenta. Por ejemplo, su gran obra, Tres sombreros de copa, no se estrenó hasta 1952, veinte años después de escribirse y cinco tras su publicación. Drama capital del teatro español del siglo XX, que anticipa rasgos del llamado teatro del absurdo.
En paralelo a su labor como dramaturgo, siguió colaborando con revistas y semanarios como Tajo o la famosa La Codorniz, que llegó a dirigir.
Siendo un consolidado maestro del humor y de la sátira, colaboró, además, en el guión de la gran película Bienvenido Míster Marshall, de García Berlanga.
Sublimó la comedia de enredo, con agudos juegos semánticos, renovando así la comedia y anticipando la modernidad del absurdo.
Retratos es un libro de poemas que, a modo de pictóricos lienzos, eternizan el momento pasajero. En él se disecciona, metafóricamente, una sucesión de instantes congelados por siempre sobre el tiempo. Pequeños retazos en remembranza de fugaces sombras preteridas
Un gran despliegue de relatos poliédricos que sorprenderá gratamente
a los lectores. Un ejercicio de talento literario e imaginación sin límite
alguno. Una vez que comience por el primero no podrá parar.
Aire Nuestro 