
SONETO 94
Los que pueden herir y, aún así, nunca hieren,
Los que no hacen aquello que exteriorizan más
Y los que, aún conmoviendo a otros, no se inmutan,
Son como piedras, fríos, sin que los tiente nada.
SONETO 94
Los que pueden herir y, aún así, nunca hieren,
Los que no hacen aquello que exteriorizan más
Y los que, aún conmoviendo a otros, no se inmutan,
Son como piedras, fríos, sin que los tiente nada.
Los que pueden herir y, aún así, nunca hieren,
Los que no hacen aquello que exteriorizan más
Y los que, aún conmoviendo a otros, no se inmutan,
Son como piedras, fríos, sin que los tiente nada.