Dimitri Karamazov no puede matar en mí a Samuel Pickwick, Julio Cortázar

.

Calle del Orco

Se habrá visto que estas impresiones más subjetivas que críticas se fundan en una temprana lectura de Pickwick, que las condiciona con una fuerza a la que no puedo ni quiero resistir. Por eso me resulta difícil imaginar la reacción de un lector adulto (en años y en lecturas), y nada me extrañaría que sea muy diferente a la mía. A esta altura de la historia contemporánea todos nos sentimos, como el Viejo Marinero de Coleridge, “más tristes y más sapientes”, y libros como Pickwick, Los tres mosqueteros o Huckleberry Finn pueden tropezar hoy con la impaciencia y hasta el desdén. Me parece triste que tanto la crítica como el lector tiendan –muchas veces sin darse clara cuenta- a jerarquizar la literatura a base de parámetros exclusivamente modernos, y a establecer sus opciones por motivos que en el fondo tocan más a la ética que a la estética. Como…

Ver la entrada original 340 palabras más