MATCH POINT
Con las suelas pintadas de polvo de ladrillo, hago picar las pelotitas que simbolizan cada una de mis insatisfacciones. Arrojo al aire, individualmente, la sensación de fracaso por los proyectos abandonados, el agobio por el trabajo, los celos excesivos por la mujer amada, las traiciones injustificadas de mis amigos y el asqueo general por la mediocridad que me rodea. Con cada golpe enérgico de mi raqueta, intento expulsarlas de mi alma para siempre. Vuelan corto, resisten el desalojo. La red se encarga de impedir los resultados esperados de la terapia, y añade, a mi canasta llena de esferas, una nueva preocupación.
ARMONIOSO ABRACADABRA
A Luisa Valenzuela
Amaba a la mamá de Ana apasionadamente. Alma adolescente, auténtica argentina, ansiosa, asustadiza. Animal adorable, adiestrada actriz, artista admirable. Atrapaba Adanes adultos astutamente, arremetedora, acechante. Amigable hada, amorosa alteza. Daban ganas de abalanzarse. Abanderada del amor, ágil abdomen aterciopelado, adorable aguamarina. Amante ardiente agradecida, largas patas de aguja, abundantes alaridos, abrazos apretados de algodón, asesina de almohadas. Asaba las achuras con aderezos, amasaba las pastas acarameladamente. Admirable azúcar afrodisíaco, apetitosa, adictiva. Astuta ave. Adoraba a Allende, Arlt y Alfonsina. Cantaba alegremente acordes de Abba, Aznar y Maná. ¿Adónde andará ahora? Cansada de tanta asonancia, me abandonó sin adioses ni advertencias, por un adinerado abogado aguafiestas, llamado Ernesto.
MARTÍN GARDELLA (La Plata, Argentina, 1973). Los micros seleccionados pertenecen al libro “Instantáneas”, Ediciones Andrómeda, 2010.