El verdugo, de Luis García Berlanga, es una gran película, estrenada hace ya casi seis décadas. La historia que cuenta, retrato de una época pasada, es muy llamativa a la par que irónica. El guión —ese género literario encubierto— está firmado por el propio Berlanga, Azcona y Ennio Flaiano. Véanla, si no lo han hecho. Pasarán un buen rato con escenas que podría haber escrito el genial Mihura. Por cierto, el cartel —toda una obra de arte— es del gran Mac, autor de otros muchos igualmente icónicos. Ahí es nada.
Más cine, por favor, que diría Aute.


Retratos, el nuevo libro de David Baró, lo conforman poemas que, al modo de pictóricos lienzos, eternizan el momento pasajero. En él se disecciona, metafóricamente, una sucesión de instantes congelados por siempre sobre el tiempo. Pequeños retazos en remembranza de fugaces sombras preteridas.