Una periodista del tiempo pronuncia la siguiente frase: “una situación atmosférica, la del domingo, que podrían darse tormentas”. Es evidente la falta de concordancia entre los elementos de la frase, esta vez en grado sumo. Realmente, no se comprende por qué esta persona ha tenido tantas dificultades para decir lo que quería decir. Se podría haber expresado sin mayor dificultad: “una situación atmosférica, la del domingo, en la que podremos tener tormentas” o “podrá haber tormentas” o “podrán generarse tormentas”.
Por un lado tenemos el problema de la elección léxica: “darse tormentas” es una expresión torpe. Las tormentas no “se dan”: se generan, se forman, se originan, hay tormentas…
Por otro lado, no es posible lanzar un relativo “que” sin tener en cuenta que a veces se necesitan preposiciones y artículos delante, como es el caso: una situación en la que podrán formarse tormentas, no solamente que.

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