
Señor, cuando se hielan
los prados; cuando en las aldeas asoladas
se han callado los ángelus,
sobre el campo desnudo de sus flores
haz que caigan de los cielos
los deliciosos, los queridos cuervos.
Señor, cuando se hielan
los prados; cuando en las aldeas asoladas
se han callado los ángelus,
sobre el campo desnudo de sus flores
haz que caigan de los cielos
los deliciosos, los queridos cuervos.
Señor, cuando se hielan
los prados; cuando en las aldeas asoladas
se han callado los ángelus,
sobre el campo desnudo de sus flores
haz que caigan de los cielos
los deliciosos, los queridos cuervos.