LA CASA DE LOS ADUANEROS
Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
en la elevación inclinada sobre la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró en ella el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.

LA CASA DE LOS ADUANEROS
Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
en la elevación inclinada sobre la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró en ella el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.
DESPUÉS DE LA LLUVIA
Sobre la arena mojada aparecen ideogramas
como patas de gallina. Miro hacia atrás
pero no veo refugios o asilos de aves.
EL CONDE VLAD MEDITA ENTRE LAS RUINAS DE UN BOMBARDEO
Un joven inglés, Harker, lanzó sobre mí
la infamia de que caminaba sobre las paredes
como una lagartija y era el amo de las ratas.