
EL RASCACIELOS
Él se enamoró de mí cuando el ascen-
sor alcanzó la segunda planta. Yo ya le
amaba en la primera. En la décima acep-
té el anillo; la boda, íntima, la celebramos
en la decimoquinta. Tres más arriba lle-
garon los gemelos y la hipoteca.