
GORRIÓN PARA UN ENFERMO
E insomnio está ardiendo en su cama:
tose y maldice,
y la. noche se dilata con los ojos abiertos, interminable.
Respira lento, como si respirar fuera algo complejo,
algo que estuviera aprendiendo.
Pero tú, que le conoces bien-, dejas un gorrión sobre su pecho.
Basta eso para que la noche avance y él se duerma.
Igual que cuando niño sólo ese gorrión le salva del abismo.