El microrrelato de los viernes: Dos poemas en prosa de Charles Simic

Todas las moscas del Círculo Polar vienen de mis
noches de insomnio. Así es como viajan: el viento las
lleva de carnicero en carnicero; luego los rabos de las
vacas se afanan cuando toca ordeñarlas.

De noche, en los bosques del norte, escuchan al
alce y al somorgujo... Allí el verano es tan corto que
apenas tienen tiempo de contarse las patas.

«Tan valientes como un sello cruzando el
océano», zumban y suspiran, y enseguida es hora
de hacer bolas de nieve, de las grises y pequeñas con
piedras dentro.

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