
VINIERON DE DENTRO DE
LA PRIMERA VEZ QUE LAS ESCUCHÉ pensé que estaba soñando. Eran las cinco de la mañana y ni Marta ni yo estábamos despiertos para lanzar aquellas carcajadas.
Han estado interrumpiendo mi descanso las tres últimas noches. Y cada vez a la misma hora El proceso es siempre igual: empiezo a escucharlas en sueños y mi vuelta a la vigilia coincide con el final de las risas. Sé que no me las imagino porque esas últimas carcajadas suenan en la habitación En la realidad. No en mi cerebro. Sé que estoy despierto y que en ese momento yo no estoy riendo.
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