Más vale pájaro en mano que cien volando
Eso le enseñaron. Lo mamó desde la cuna. Lo oyó desde sus primeros pininos. Se hizo carne en él. Entonces dejó volar los noventa y nueve pájaros y apretó fuerte, bien fuerte, el que tenía en la mano. El pájaro murió asfixiado.
ISIDORO BLAISTEN (Concordia, Argentina, 12.01. 1933- 28.08.2004)
EL PÁJARO AZUL
Un hombre persigue al Pájaro de la Felicidad durante meses y años, a través de nueve montañas y nueve ríos, venciendo endriagos y tentaciones, tolerando llagas y desdichas. Antepone la búsqueda del Pájaro a toda otra ambición, necesidad o deseo. El tiempo pasa y pesa sobre sus hombros pero también el Pájaro envejece, sus plumas se decoloran y ralean. Lo atrapa en un día frío, desgraciado. El hombre es anciano y está hambriento. El pájaro está flaco pero es carne. Le arranca sus plumas todavía azules con cuidado, lo espeta en el asador y se lo come. Se siente satisfecho, brevemente feliz.
ANA MARÍA SHÚA (Buenos Aires, Argentina, 22.04.1951)
EL MOVIMIENTO
La semana pasada se halló dentro de un tacho de basura, en los suburbios de la ciudad de Trieste, el cadáver de un mendigo pintoresco que desde hacía treinta años deambulaba por las calles del lugar, cargando una larga batuta de madera con la que aseguraba dirigir no solamente el canto, sino el movimiento de los pájaros. Los científicos procuran entender si es o no pura coincidencia que las aves permanezcan desde entonces inmóviles en los techos.
EDUARDO BERTI (Buenos Aires, Argentina, 1964)