MI sufrimiento es uno que no te interesa. Un grano de arena en el desierto De tu pena que es infinita. Por mi parte creo en la marmita donde cuece un caldo diferente, y yo sonrío. Estoy pendiente de tu gesto, y este estío da un calor que no parece la pasión. La pasión es el dolor de la madre, esto que conviene no creer, pero da mientes. Estés donde estés al fin tendrás que escucharme. No darme la razón sino el tesoro del sonido y la pura vibración de la belleza que saludo como tuya, como ésa que no sabe estar pero se queda, y yo retengo. No te tengo, quiero decir que me reniegas. Renegada, soy la nada que subsiste, y en las cláusulas deseadas voy debida: me enfermo y me intoxico de tu voz y digo no a quien nada me requiera.
MIRTA ROSENBERG (Rosario, Argentina, 1951- Buenos Aires, 2019). El poema seleccionado pertenece a “El arte de perder y otros poemas”, Editorial PRE-TEXTOS.
Edición de OLVIDO GARCIA VALDÉS
