Con cansina insolvencia, los periodistas suelen decir "preveer". Ahórrense una e, no redupliquen, señores de la prensa. El verbo es ver, con su prefijillo del ala. Tal vez lo trabucan con proveer. Pero bien salta a la vista que son cosas diferentes. Provean para los suyos, en base a un trabajo bien hecho, y dejen de prever aberrantes palabros insidiosos.

Retratos, el nuevo libro de David Baró, lo conforman poemas que, al modo de pictóricos lienzos, eternizan el momento pasajero. En él se disecciona, metafóricamente, una sucesión de instantes congelados por siempre sobre el tiempo. Pequeños retazos en remembranza de fugaces sombras preteridas.
Me encanta su blog. La RAE existe por algo. La palabra crece, vive y si llega el caso, muere. Los hablantes estamos obligados a conocer nuestro idioma; pero lo escritores aún más. Un saludo.
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