
Miércoles, 5 de noviembre de 2025 18h – 19h (Milán)
Moderadora: Valeria Correa Fiz

Miércoles, 5 de noviembre de 2025 18h – 19h (Milán)
Moderadora: Valeria Correa Fiz

A LA ESPERANZA
Oh esperanza, amable, indulgente,
tú que no desdeñas la casa de los afligidos
y, aunque noble, como sirviente actúas
entre mortales y potencias celestes.

EL MINOTAURO DESPIERTO
Tras el nublado gris la umbrosa luz
desvela poco a poco el color
del mundo. Miro y taso y acaricio
la superficie cierta. Apaciguo la inquietud
verdadera y me rasco la cabeza
por el vacío y hondo laberinto
de mi alma.
Despierto
mientras me tiento y me doy a la voz
del instante que pasa y muda en sombra
una luz que entreveo tras el miedo.
Algo que aún no sé este rito nombra.
Algo que aún no sé, algo que mi cuerpo
y cabeza de toro nunca podrán decir
de pronto. Ese algo que prefigura
la ardiente y mortal última palabra.
Algo que olvido. Algo que merezco.

LA CASA DE ASTERIÓN
SÉ QUE ME acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito)[1] están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aqui ni el bizarro aparato de los palacios pero si la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en egipto hay una parecida).
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LA DESAPARICIÓN
Con un par de convicciones
y algunas blasfemias
violaron la cerradura a tiros.
Animales de caza nocturna
lo sacaron de la cama. La presa
no alcanzó a despedir su rostro
ni poner a salvo su nervio principal.

rezo en cada vuelta
un ave
y al terminar mis giros
olvido
mi procedencia
el aturdimiento no es
impericia
estoy en el aire yo

ALBA
Desde mi ventana, hasta hace muy poco, tenía a la vista un extenso y arbolado parque. Ahora hay una pared monumental que corresponde a un edificio de quince pisos. El parque no ha desaparecido. Está al otro lado de este edificio, sin duda aún extenso y arbolado. Lo que veo ahora, en cambio, es un muro blanco, aunque prefiero llamarla una pared alba. Con la rutina, el cambio de estaciones y las simplificaciones del lenguaje, he pasado a decirme que cada mañana abro la ventana para ver el alba. Y la veo con tal intensidad, que ya creo vislumbrar
algunos árboles.

PASO A PASO…
Paso a paso
Desconfía de aquellos
que no han considerado nunca
el suicidio.
Van haciendo paso a paso el camino,
cegándose al abismo que siempre acosa al hombre